Entrevista La Voz Digital Cádiz

Laura Gallego saborea aún la victoria que cosechó en la segunda edición del programa Se llama Copla que la ha convertido en una persona popular y muy querida. A sus 17 años, ése es el principal reto al que ahora se enfrenta, el de ser conocida por la calle, aunque el cariño que le muestran sus numerosos fans le ayudan a seguir este camino. Se trata de una persona cariñosa, amable, simpática y dulce, cualidades que potencian aún más, en la distancia corta, su capacidad artística que la ha hecho entrar en los hogares y los corazones de miles de andaluces.

-¿Cómo ha sido su paso por el programa?

-Todo se puede definir con una única frase: yo volvería al mismo con los ojos cerrados. Ha habido pocas cosas negativas, por no decir ninguna, y aún me entra el gusanillo en el estómago cuando oigo la palabra casting.

-¿Qué destacarías de esos momentos de selección?

-Mi caso ha sido muy particular porque yo no me presenté sino que lo hicieron mis vecinas, aunque aún no he aclarado del todo como fue. En el primer casting me puse nerviosa y no quería ir porque tenía mucho miedo al ridículo, cosa que se fue superando en los siguientes.

-¿Cómo ha vivido el hacerse una persona conocida?

-Ha sido muy emocionante porque la gente te ve como algo suyo y se acercan a mostrarte su cariño e incluso darte consejos. Me he convertido en la nieta de casi toda Andalucía.

-¿La fama es llevadera siendo tan joven?

-Creo que he tenido los pies en la tierra y los sigo teniendo. Aún así, son mis padres los que están continuamente encima mía y si me tienen que llamar la atención lo hacen. En el programa ese papel lo jugó conmigo Miguel Ángel.

-¿Cuáles son sus planes de futuro?

-Tengo claro que quiero vivir el presente y disfrutarlo. Ahora hay muchas ofertas que se tendrán que estudiar pero yo estoy centrada en la gira, que ojalá dure mucho tiempo, y quiero formarme para poder dedicarme a esto de la música. Sueño con poder grabar un disco en un futuro pero tengo claro que si no es así yo volveré a mi vida anterior que era preciosa y divina.

-¿Qué echa de menos de esa vida anterior?

-La vida me ha cambiado al cien por cien y echo de menos momentos como los de sentarme a comer un paquete de pipas con amigas o ver la tele desde el sofá con mis padres. De todos modos, no pierdo el contacto diario con mis amigas, hablo mucho con ellas por teléfono, y a mis padres los llamo veinte veces al día para consultarles todo. Ellos, junto a mi hermano, son los que me dan fuerza y en momentos de bajón su cara de orgullo es lo que me ayuda a tirar para adelante.